(elcomercio.com.pe / EFE).- La condena de 25 años de prisión impuesta el martes al ex presidente Alberto Fujimori por delitos de lesa humanidad fue valorada por organismos defensores
de los derechos humanos como una sentencia “ejemplar” y un mensaje positivo para los sistemas de justicia, mientras
los fujimoristas la recibieron con indignación.
El ex mandatario peruano (1990-2000) fue hallado culpable de los delitos de homicidio calificado, asesinato con alevosía,
lesiones graves y secuestro por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, que dejaron 25 muertos en 1991 y 1992, además
del secuestro del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer en 1992.
Después de el juicio que duró 161 sesiones , la lectura del fallo de la sala penal especial de la Corte Suprema de Justicia suscitó elogios de los familiares de las
víctimas, organismos defensores de los derechos humanos y juristas, pero muestras de repudio de los simpatizantes de Fujimori,
que ya prometieron salir a las calles.
Gisela Ortiz , representante de los familiares de víctimas de La Cantuta, sostuvo que “por primera vez el poder judicial responde
al clamor de las víctimas”.
Su colega Eduardo Bertoni, de la Fundación para un debido proceso legal, destacó el hecho de que el tribunal haya calificado
los delitos como crímenes de lesa humanidad, algo que no siempre sucede en instancias internacionales.
Por su parte, el representante de Amnistía Internacional, Javier Zúñiga, en diálogo con EFE, dijo que este fallo es uno
“de los más importantes de los últimos tiempos por referirse a las responsabilidades de un jefe de Estado por crímenes
cometidos por organismos que él mandó o ayudó a crear”.
Se trata de “un fallo ejemplar para el mundo por la forma en que el tribunal abordó las pruebas, que tendrá profundas
implicaciones para otros casos de violación a los derechos humanos”, aseguró Zúñiga, quien se encontraba en Lima como
observador.
Mientras, Maria McFarland , observadora de Human Rights Watch que siguió este caso, señaló que el tribunal envía “un mensaje positivo para Perú
y para el mundo: que una corte nacional es capaz de hacer justicia (en un caso de violación de derechos humanos), algo poco
común”.
“Con este veredicto, y su ejemplar actuación a lo largo del juicio, el tribunal peruano ha demostrado al mundo que
incluso los ex jefes de Estado no pueden salir impunes tras cometer crímenes graves”, apuntó.
En este mismo sentido se pronunció el ex presidente Alejandro Toledo, quien comentó que la condena si bien es una lección para el mundo, es sobre todo una lección para la clase política.
La sentencia “trasciende al Perú, es una lección para el mundo porque muy pocos países pueden exhibir a un ex jefe
de Estado sometido a un juicio público con las garantías de un debido proceso”, declaró Toledo a Canal N.
Desde Argentina la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, consideró el veredicto “bien
merecido” y añadió: “Me parecen pocos años, pero al menos fue condenado”.
La oficina del defensor del Pueblo en Bolivia opinó que la condena supone una “importante lección” para toda
Latinoamérica y confió en que establezca un precedente en la región.
El Programa de las Américas del Colegio para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, también saludó la
sentencia.
EN CONTRA DE LA SENTENCIA
En el extremo contrario se ubicaron los simpatizantes del ex gobernante peruano,
encabezados por su propia hija, Keiko Fujimori , quien declaró a los periodistas que la condena a su padre “es una aberración, que destila odio y venganza”.
La legisladora reiteró lo que había anunciado en caso de un fallo condenatorio, que los fujimoristas van a “salir
a respaldar a Fujimori en las calles pacíficamente”, al “mejor presidente que ha tenido el país, que venció al
terrorismo”.
Tan pronto se conoció la resolución, Rolando Souza, congresista de la República y miembro del equipo defensor, consideró
que la pena es “excesiva y antidemocrática” porque “viola el derecho probatorio”. En tanto, medio
millar de fujimoristas reunidos en las inmediaciones de la sede donde se celebró el juicio protestaron por la sentencia.
Estos simpatizantes se encontraron con un grupo de sindicalistas contrarios a Fujimori y se enzarzaron a golpes en los
exteriores del tribunal, pero fue el único momento de tensión en una zona que desde el lunes por la noche había sido tomada
por la policía.